1.10.08

Pájaros en la cabeza

Cuando los que se hacen llamar expertos en economía realizan un análisis de las causas de la situación actual que la economía está viviendo, normalmente enumeran varios desencadenantes; situación financiera, costes de materias primas y crisis inmobiliaria; pero hay uno de los elementos que está teniendo más influencia y que normalmente pasa inadvertido: la crisis psicológica de pánico que se está produciendo. Ahora, todo el mundo habla de la crisis y la ve por todas partes. Pero como es muy complicado que un político se dedique a contrarrestar este efecto psicológico, por el riesgo de ser acusado de no ser consciente de la realidad y dar la espalda a los problemas de los ciudadanos, voy a hacer un repaso de cuáles creo que son algunos de los elementos que pueden ayudar a afrontar mejor la situación.

Ante la situación actual, hay dos actitudes que los seres humanos solemos tomar: una, de apatía, esperar a que caiga el chaparrón para posteriormente actuar y, la segunda, la recomendable, la no resignación, la de no estarse quieto y actuar para buscar nuevas fórmulas, nuevos caminos que nos ayuden a mejorar. Situación que plasma perfectamente Spencer Johnson en su libro “¿Quién se ha llevado mi queso?, lectura que recomiendo, sobre todo en momentos como en los que vivimos ahora.

Es el momento en el que los empresarios tienen que reinventar sus negocios, buscar nuevas fórmulas para hacer las cosas, innovar en la gestión y en los productos. Normalmente, las empresas actúan siguiendo un patrón, copiado de un libro de buenas prácticas, aprendido en la Universidad o Escuela de Negocios. Es el momento de aprovechar la imaginación y el conocimiento dormido de los trabajadores de las empresas que, por regla general, actúan como robot, haciendo las cosas de la misma forma una y otra vez, sin pararse a pensar si es la mejor; es el momento de utilizar la masa gris, crear las dinámicas que permitan crear nuevas fórmulas de gestión en las empresas, que ayuden a ser más competitivos. Los responsables de las empresas tienen que crear las dinámicas adecuadas para potenciar la creatividad de sus trabajadores. Pero no podemos tampoco basar nuestro negocio solo en formas innovadoras de hacer las cosas, ya que el riesgo que asumimos es mayor. Debemos mezclar técnicas innovadoras cuyos resultados no tenemos contrastado, con técnicas tradicionales de contrastado resultado.

Pero la empresa no es el único lugar en el que tenemos que potenciar la creatividad. Ésta tiene que empezar por potenciarse en la formación de nuestros estudiantes; en las escuelas, los institutos y las facultades. Ello nos permitirá tener en un futuro jóvenes preparados para crear de forma espontánea, imaginar formas distintas para hacer las cosas. Igual que se recomienda El Quijote u otra serie de libros importantes de nuestra literatura, en las escuelas, en los institutos y en las universidades se deberían recomendar lecturas como “La ética del hacker y el espíritu de la era de la información”, del finés Pekka Himanen, para despertar el valor de la creatividad en nuestros jóvenes.

Deberíamos poner en práctica un experimento para desarrollar la creatividad en nuestra sociedad: encerrar en una casa a esas mentes que suelen estar en las nubes, las que suelen estar siempre imaginando, a los que les acusamos de tener pájaros en la cabeza. Garantizar sus necesidades fisiológicas básicas, las de seguridad, las de afiliación y reconocimiento, para obtener el mejor resultado en su creatividad, como define Maslow en su pirámide. Y ponerles a pensar, a debatir, para crear, mediante la técnica de lluvia de ideas, fórmulas que permitan resolver los problemas con los que nos encontramos.

Otra forma de mejorar la competitividad, y en la que los empresarios todavía no se han fijado, son las redes sociales que están surgiendo en Internet, como Tuenti o Facebook, en el que se encuentra un amplio sector de la sociedad, y que pueden ser utilizadas para saber qué piensa y en qué piensan los posibles clientes, para aprovechar todas las mentes pensantes que se unen alrededor de una herramienta informática, para que puedan, con la suma de su conocimiento y la utilización de sinergias, crear nuevas ideas. Se debe potenciar el uso de estas herramientas por parte de los trabajadores, ya que les permite abrir la mente y desarrollar la imaginación, además de la relación con personas con las mismas inquietudes, elementos que, aunque sea difícil comprender, serán muy útiles para su desarrollo en el trabajo. Hay ejemplos de la utilización de las redes por parte de empresas: un tercio de los empleados de Microsoft está inscrito en Facebook; IBM tiene 27000; BT (British Telecom) tiene 8000, y entre ellos han creado numerosos grupos de conversación

1 comentario:

PSOE CASAR DE PALOMERO dijo...

Una recomendación muy acertada, un libro que puede hacer cambiar la mentalidad de mucha gente y sobre todo que consigue convencer al lector que CAMBIAR no tiene porqué ser para peor.

La crisis pasará.

EL TIEMPO PONDRÁ A CADA UNO EN SU LUGAR.

http://psoecasardepalomero.blogspot.com/